Nunca hubiese imaginado hasta que punto el amor puede ser infinito.
Aquella noche el universo había conspirado para ofrecernos la más bella historia jamás contada. ¿Una vida juntos, tal vez?. Sí, lo había decidido. Eran dos almas gemelas que debían unirse para siempre. Y nos hizo llegar el susurro de la sorpresa, el cosquilleo del nerviosismo y la fruta de la pasión. Como telón de fondo una isla perdida en nuncajamás llamada capricornio. Los niños saben entenderse.
Y así, cada madrugada me apoyaba en el descanso de su ventana para contarle delicados cuentos mientras ella me miraba con sus grandes ojos miel. Para terminar con un coloríncolorado y una sonrisa inocente. Duerme mi wendy, yo velaré por tu sueño. Y le cojía la mano.
Volaban juntos por montes de ilusiones, por océanos de sueños y tierras de proyectos. Desde allí contemplaban su futuro y disfrutaban del presente, aprovechaban cada segundo, como si el siguiente no fuera a existir.
Como no querían crecer, siempre volvían al lugar de donde vinieron. El lugar donde ahora viven y nos cuentan cada noche historias como esta. El infinito.
Bello relato, percibo nostalgia en el, dolor también, cada cual, tiene su infierno, algunos más grandes otros más pequeños.
Cariños
Hola… pasaba por aqui… te vienes… al pais de nunca jamas… nunca creceras… siempre tendras esa ilusion… siempre una sonrisa… ¿no?
Prefiero crecer… y sentir… cosas que no sientes de pequeño… unas mas duras otras mas dulces…
Saludos ninia… solo pasaba por aqui… 🙂
Precioso. Me ha enternecido. Me gustan este tipo de post tuyos… Me siento tambien muy identificada. Besos
jo.. q bonito! 😉
Ninia?, ahora resulta que tengo rajita¿?
XD, besos, no obstante
uis…
Ninio quise decir… ninio… que tiene pirulillo… juis juis juis…