Un servidor, con el paso del tiempo va formalizándose y sentando cabeza pero tiene muy fresquitos aún sus años mozos que recuerda con melancolía y felicidad.
Aunque ya no salgo “a saco” como antes y por supuesto, no bebo ni mucho menos igual que en el pasado, alguna que otra fiestecilla cae, siempre bien recibida y disfrutada. Pero ya no es lo mismo.
Podría contaros como transcurría mi tiempo de ocio antes y como discurre ahora, pero el caso es que, en este post me gustaría apartar mi situación personal y proponer, abrir el debate y comentar acerca de un tema que ultimamente está en la boca de la opinión pública: El Botellón.
Un fenómeno social que en España que no conoce barreras geográficas porque igual se hace en Coruña, en Albacete o en Córdoba, por poner un ejemplo. Un proceso que se ha arraigado en la cultura y estilo de vida juvenil y que parece imparable, por muchas leyes o medidas que se adopten. Así pues, un Viernes o Sábado por la noche es muy normal encontrar en cualquier ciudad determinadas zonas donde se producen concentraciones masivas de gente joven que como si de una romería se tratase, acuden por millares a venerar la “Santa Botella”.
Por contra, son muchos también los ciudadanos e instituciones que mantienen una guerra abierta contra estos jóvenes. Sus quejas se fundamentan principalmente en varios hechos.
- La existencia de menores de 18 años en los botellones
- El ruido que provoca tal concentración que no permite descansar a las familias
- La basura y los residuos que origina
- En algunos casos, los destrozos y/o desperfectos del mobiliario urbano
- El consumo de ciertas drogas o sustancias en los botellones
Estas y otras razones han abierto un brecha entre jóvenes y no tan jóvenes, que ha provocado el conflicto social.
Desde mi óptica personal, estoy totalmente a favor del botellón por varias razones:
1. Constituye un auténtico medio social que fomenta la comunicación y la relación entre las personas. Dicho sea de paso, no todo el mundo bebe en un botellón, pero por encima de cualquier cosa, toda la gente que allí hay reunida, habla, se comunica, participa, aporta y esto, en una sociedad donde los valores humanos se están perdiendo y muchas veces alabamos excesivamente lo material, es muy importante.
2. Está claro que una de las motivaciones más importantes de cualquier joven es la diversión. Los fines de semana, que es cuando la gente tiene tiempo libre para salir a dar una vuelta con sus amigos, no existen alternativas válidas y efectivas al botellón. Está demostrado, que por muchas actividades que se propongan como alternativa, la gente joven le apetece desconectar, reir, hablar y bailar, escuchar música…
3. Junto con el punto anterior, los pubs, locales, discotecas y garitos de las poblaciones, imponen unos precios altísimos a las entradas y consumiciones en sus salas, que para cualquier joven, que no suele generar renta propia y depende del dinero que le dan sus padres y por tanto, con un poder adquisitivo bajo, pueden resultar más que prohibitivos.
4. Medidas del tipo, las tiendas de licores no venderán alcohol hasta determinadas horas o la policía debe asegurar la no implementación del botellón, no llegan realmente a hacerse efectivas y además la juventud busca alternativas para seguir haciéndolo. Esto no son más que parches, que más que arreglar, hacen daño y nos recuerdan una época pasada donde la ley seca y la negación de libertades eran habituales. A veces, lo prohibido, alimenta el morbo.
Todo lo anterior conduce a la conclusión de que el botellón parece un fenómeno irremediable, pero con una serie de cuestiones básicas a aclarar: ¿Realmente se puede cortar de raiz con una ley, ya sea a nivel local, autonómico o estatal? ¿Es esta la medida apropiada para frenar este proceso? ¿Podría llegarse a un consenso?
Como decía nuestro querido Mel Gibson en una de sus películas: Podrán quitarnos la vida, pero jamás nos quitarán la libertdad.
Personalmente abogo por un modelo en el que las ciudades habiliten unas zonas de ocio y recreo, los denominados Botellodromos, construidos al efecto en zonas donde no se moleste con el ruido a los vecinos, diseñados con contenedores específicos para el tipo de basura que se genera y que además podrían dar puestos de trabajo a los que mantengan tales áreas.
Donde el alcohol, sólo se venda a mayores de edad, que deberán enseñar imprescindiblemente el carnet de identidad. Y donde los grupos de amigos si utilizan coche, el que vaya a conducir no beba bajo ningun concepto y para evitar que siempre se fastidie el mismo, los conductores vayan rotando.
Que los empresarios de hostelería sean conscientes del tipo de clientes a quien se dirigen y bajen los precios de entrada y consumición.
Al mismo tiempo y de forma análoga a estas medidas, una fuerte y comprometida educación de civismo en las escuelas, que enseñe lo malo que son el alcohol y las drogas. Que realmente cause efecto en los jóvenes.
Obviamente, la extensión y delicadeza del tema hacen que en un simple post no se puedan desarrollar todos los puntos de atención que merece el problema del botellón, pero si al menos para abrir el debate, ¿Qué opináis vosotros?
Los bares son los q tienen dinero, así que ellos convencen a los politicos de que es malo que los jovenes beban en la calle.
En santander la gente se solía reunir en el aparcamiento de la playa, amplisimo y sin casas cercanas, a ver a quien iban a molestar allí? y si fuera legal nadie tendría ningún problema en tener una patrulla dando vueltas por allí.
En fin, ten dinero y no tendrás problemas.
Estoy contigo wuapito y voto por el Botellodromo 🙂 controlado
Besitos sin alcohol 0.0%
Pues yo voto por más alternativas para el ocio juvenil, que siempre será mejor una fiesta en un local autogestionado por jovenes que el botellón por las calles.
Por cierto, curiosamente en Catalunya no prospera el botellón. No tengo ni idea de los motivos, porque los bares y discotecas son más caros aún que en otras ciudades. Como excepción tenemos la caravana de “guiris” remojados en cerveza hasta el culo de las zonas centricas de Barcelona, pero es una forma de ocio de jovenes turistas con pocos medios que no comparte la juventud de Barcelona.
pues en algunas zonas de aquí, por lo menos en mi municipio, se hacen lo q se llama “rebumbios”… q es, cada fin de semana, en cada uno de los pueblos, se hace una fiesta con musica de todo tipo, ventorrillos y todo eso … a lo mejor una cerveza te sale 0,50€ y un cubata 1€.. y te lo pasas pipa! 😛
pero como no, sigue estando el problema de los menores de edad… pero a ver… q alguien me diga q no ha tomado nada, nada, nada de alcohol antes de los 18?!!?… si seguro q hasta Rajoy se cogia sus pedillos!!
bss mil! 😉
Te acabo de oir en Radio Bitácoras. No me puedes negar que has estado de botellón que tienes voz de borrachuzo.
Además despues de las señales horarias de la 1:30 te has marcado un cantito a capella digno de una botella de dos litros rellena al 50%.
Jejejeje.
te voy conociendo mas, voy conciendo donde vivies, eso es bueno.
sigo con mucho trabajo pero de pasada vengo.
Cariñossssssssss
No he podido leer más allá de “abrir el debate y comentar acerca de un tema que ultimamente está en la boca de la opinión pública: El Botellón.”
El mayor de mis respetos hacia su persona, excelso Jasp; pero me va usted a permitir que califique su narrativa de gilipollez galopante sublimada al impulso de coleccionar colutorios virtuales a modo de comentarios.
Un público exquisito, no obstante…
Somofrates, al menos has tenido la valentía de decir quien eras. Nada más, porque tu comentario no deja de estar fuera de lugar. Basta con decirte que si no te gusta lo que lees, no lo leas.
Parece que te aburres y te dedicas a ir soltando comentarios insultantes, que denotan un alto grado de envidia y poco respeto, sobre todo cuando no nos conocemos de nada.
Quizás deberías emplear mejor tu tiempo en unas lecciones de ortografía porque acabo de visitar tu “blog”? y me entró pánico ver cosas como estas:
“Hechadle un ojo….” // “bueno pues Hala..”
Eso si que es para no comentar… ya se sabe de donde procedes y con que grupito de amigos te juntas 😉
Ya me fui de ZL precisamente por ese grupìto, yo no me he metido nunca con nadie, porque os empeñáis en seguir dando por culo???
Aquí en Cáceres nos han jodido bien con la Ley Antibotellón, solo nos dejan hacerlo cuando son fiestas. Menudos fachas hay en el ayuntamiento, todos en casita a las 9 para ver a los Lunis.
Salu2
ya no hago tanto esas cosas pero es ley de vida en los años que te toca. ahora hago lo mismo pero en mi casa o en la de los amig@s.
a cada año le toca su diversión y sus penas. ´staclaro.
“ya se sabe de donde procedes y con que grupito de amigos te juntas”… no sé si debería sentirme ofendido