No se trata de una cruel forma de tortura sino de todo el catálogo de los santos y beatos (no solo mártires), honrados por la Iglesia católica y romana.

¿Y por qué cuento esto?

Pues, porque resulta que en las primeras décadas del siglo XX, Adolfo, el secretario del alcalde de Huerta del Rey, un pequeño rincón de la provincia de Burgos, se dio cuenta que había tantos nombres y apellidos iguales en su pueblo que los carteros por ejemplo, se volvían locos para encontrar a los destinatarios.

Así que para diferenciar a sus habitantes se le ocurrió echar mano del Martirologio y recomendar al alcalde y a sus convecinos que era necesario elegir nombres más rebuscados para que no se repitieran tanto y para eso estaba el martiriólogo.

Fue entonces cuando empezaron a nacer niños en el pueblo con nombres tan especiales como: Auralia, Cilina, Ercilio, Evodio, Saturio, Magín, Arquisio, Evilasio, Medardo, Petrolo…

Así hasta cerca de 350 que han llevado a esta localidad a conseguir el Record Guinness como la localidad española con los nombres más raros. Desde luego la lista no tiene desperdicio.

Por cierto que en relación con el tema este de los nombres y los apellidos, el INE ha publicado estos días una herramienta con la que se puede consultar el origen de nuestros apellidos. ¿De donde viene el vuestro?

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