Plateada Jaén
Hubo un par de regalos que especialmente me hicieron ilusión en mi boda.
Uno de ellos fue este cuadro que me regalaron mis amigos de Jaén y que tenemos colocado, con mucho cariño, en el salón de casa.
Cada vez que lo veo, mi mente se llena de los paisajes de olivos de esta tierra a la que tanto quiero. Es poético, pero es cierto. Me gusta sentir su compañía diaria y saber que cada cierto tiempo, esas pinturas se hacen realidad. Es como una pequeña ventana a Jaén.
El segundo regalo fue un olivo de plata. De mi hermano David y su novia Sonia. Para mi es como una medalla. Un símbolo por el que estar orgulloso de un acento, de una tierra, de una cultura y una forma de ser.
Para terminar, un vídeo que creo que ya publiqué hace tiempo, pero que sirve para acompañar esta anotación tan patriótica:
3 Comentarios
wendy
Qué post tan bonito! Me has emocionao!!
La verdad es que aunque soy gallega de nacimiento confieso que me siento un poquito andaluza. Tengo el corazón dividido entre dos tierras mágicas.
Los regalos muy especiales y llenos de significado.
Besos
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Alberto
Madre mia Raul, estás Ultra Jiennense hoy 😀
Di que sí.