Es lo que debió pensar el reportero de esta televisión checa cuando entró en antena y un grupo de graciosillos con más vodka en el cuerpo que cerebro, trataron de desconcertarle durante la conexión con el informativo.
Recordad que en España también tenemos nuestra particular versión del capullo que incordia a la reportera.
Vía | Menéame
Cosechadel66
Hasta la estupidez se globaliza (aunque me da que es lo primero que lo hizo)
Carpe Diem