Comparto bajo estas líneas una reflexión acerca de la necesaria transformación digital que requiere atravesar el sector del taxi en España tras la huelga y el conflicto generado con las VTC como Uber o Cabify en España.
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Hace unos días nos despertábamos con la siguiente noticia: El parlamento francés prohibe el uso de teléfonos móviles en colegios e institutos a partir del próximo curso.
El texto defendido por el partido de Macron, La República en Marcha (LREM), considera que su uso «provoca numerosas disfunciones incompatibles con la mejora del clima escolar» y que su prohibición permitirá garantizar un entorno que favorezca la concentración.
Incluso en el recreo, apunta, «puede ser nefasto al reducir la actividad física y limitar las interacciones sociales».
El 93 % de los adolescentes de entre 12 y 17 años, según una encuesta de la Autoridad de Regulación de Comunicaciones Electrónicas (ARCEP), tenían un teléfono móvil en 2016, frente al 72 % de 2005.
Su uso, según los diputados, es susceptible de fomentar prácticas de riesgo como el ciberacoso o el cibersexismo, así como de exponer a los alumnos a «contenidos violentos o chocantes», como la pornografía.
Creo que ya podéis intuir mi opinión. Pienso que se trata de una decisión retrógrada y que causa enorme tristeza y decepción a los que somos firmes defensores de la cultura digital.
De hecho, mi objetivo con este artículo es aclarar algunos mitos y verdades para que padres, madres, profesores y, en general, educadores de niños y adolescentes, entiendan que prohibir una tecnología no solo no soluciona un problema, sino que supone un claro retroceso en el necesario proceso de transformación digital que debe acometer la sociedad en todos sus ámbitos -también en la educación- para alcanzar mejores niveles de desarrollo.

Antes de dar lugar a cualquier tipo de malinterpretación acerca del título de este artículo, debo aclarar que no está escrito en clave política, sino tecnológica. Dicho de otra forma: al hablar de populismos, no pretendo cuestionar la ideología o estrategia electoral desarrollada por algún partido o líder concreto, sino la postura que muchos de ellos están adoptando frente a un fenómeno global.
De hecho, mi principal interés se centra en denunciar la incultura e incompetencia digital que por desgracia sigue demostrando gran parte de la clase política, cuando de forma sistemática ignora la revolución que estamos viviendo y pretende seguir anquilosada a un ecosistema de comunicación e información que está más muerto que vivo.
Un cuarto poder con el que hasta hace pocos años esta viaja guardia no solo se entendía a la perfección, sino sobre el que era capaz de influir para difundir (u omitir, según conveniese) sus mensajes, obras y milagros e incluso atacar también a la oposición, y todo ello sin que los ciudadanos pudiéramos hacer mucho más que ver, oír y callar.
Pero afortunadamente las cosas han cambiado. La llegada de Internet y la web social ha roto por completo los esquemas y flujos tradicionales de información convirtiendo este ecosistema en algo mucho más transparente y democrático, y sobre todo, permitiendo que los ciudadanos nos sintamos protagonistas de los cambios sociales que se producen.
En este nuevo escenario, la esfera política se divide claramente en dos grupos:
El mundo digital despierta hoy con la noticia del rediseño en el logo del todopoderoso Google.
El cambio llega pocas semanas después de que la compañía, ahora llamada Alfabet, anunciara su metamorfósis corporativa en un movimiento valiente pero al mismo tiempo lógico dentro de la innovación que se requiere para una firma de su dimensión y posición.
Google deja de ser empresa para convertirse en una división de Alfabet que alberga todo tipo de servicios de primera necesidad para el usuario de Internet: buscador, correo, navegador, mapas… Esta nueva composición de lugar viene acompañada del casi obligado restyling de su logo que hoy anuncian a bombo y platillo, y de forma muy original, en su página de inicio.
Merece la pena dedicar un par de minutos al vídeo que han preparado para presentarlo y, de paso, recordar su filosofía de marca. Como los propios responsables comentan:
No es la primera vez que hemos cambiado nuestro aspecto y, probablemente, no va a ser la última, pero pensamos que la actualización de hoy refleja en gran medida el funcionamiento de Google en Search, Maps, Gmail, Chrome y en muchos otros servicios.
Creemos que hemos cogido lo mejor de Google (su sencillez, limpieza, colorido y facilidad de uso) para transformarlo, no solo para el Google actual, sino también para el Google futuro. Muy pronto podrás ver el nuevo diseño en todos nuestros productos.

Personal y profesionalmente estoy ligado al ámbito digital desde finales de los noventa y tengo la enorme fortuna de trabajar a diario con un gran equipo humano que cuenta con un perfil, experiencia y trayectoria envidiables.
Gracias a ello, durante todo este tiempo, no solo he podido participar en las principales citas tecnodigitales que se celebran en nuestro país, sino que también, junto con mis compañeros he podido impulsar y organizar algunas otras, como como interQué, los Premios Bitácoras, Degusta Jaén, Talent Madrid o Inlugo.
En el blog de interQué he compartido una serie de recomendaciones que me parecen esenciales a la hora de poner en marcha un sarao con vocación digital. Espero que os gusten.
Foto | Xabier M.

El pasado 14 de febrero de 2014 el Consejo de Ministros aprobó el proyecto de reforma de la Ley de Propiedad Intelectual (texto publicado en el B.O.C.G. el 21 de febrero).
Este proyecto de Ley, arcaico en su concepción, recorta numerosos derechos en España, afecta muy negativamente a amplios sectores de la sociedad, pone en peligro la cultura libre y cuestiona el funcionamiento de internet, limitando la cita y el enlace a una actividad meramente mercantil.
Esto ha generado un rechazo inmediato y casi unánime desde todos los ámbitos posibles por los motivos que exponemos sintéticamente a continuación.