Antes de nada debo decirte que a diferencia de las técnicas anteriores que se basan en la mediación activa, el control parental constituye una mediación pasiva (basada en la restricción).
Volviendo al símil de la educación vial, el control parental es como un cinturón de seguridad. Si te lo pones en un vehículo eso no implica que ya sepas conducir. Su funcionamiento nunca va a ser mejor que aprender a manejar el vehículo y las normas de circulación (mediación activa).
Por tanto, el control parental no debería sustituir nunca a la mediación activa. Yo siempre suelo repetir que:
Charlar con tus hijos sobre lo que es bueno o no en la red es el mejor filtro de control parental que existe.
Una vez hecha esta aclaración, comentar que las herramientas que recopilamos en este punto son un apoyo en el aprendizaje digital de los menores, limitando las funciones y el alcance de sus dispositivos cuando se conectan a Internet. Sirven por tanto para:
Podemos clasificar las herramientas de control parental en los siguientes tipos:
Están presentes en las opciones de configuración de cada dispositivo o servicio. No requieren instalación puesto que están incorporadas en el sistema.
Apps o programas que limitan o controlan las funciones disponibles al utilizar un dispositivo móvil, tableta u ordenador.
Plataformas de reproducción o búsqueda que ofrecen un conjunto limitado de contenidos apropiados para los menores.
Ajustes de bienestar digital disponibles en las redes sociales, que limitan o supervisan la actividad en línea del menor.
La elección y nivel de restricción de estas herramientas deberá adaptarse a la edad, madurez y situación familiar de cada menor. Dispones de más información en esta completa guía de control parental elaborada por is4k.