Nativos digitales o huérfanos digitales

Después de esta pequeña bienvenida, me gustaría plantearte algunas reflexiones que nos ayudarán a definir el enfoque y objetivo de este curso. Para ello, te pido que por favor veas antes el vídeo que acompaña estas líneas…

¿Qué te parece? Lacrimógeno cuando menos, ¿verdad? Además se trata de un anuncio televisivo emitido en fechas navideñas, cuando los sentimientos están a flor de piel y en el que la música y el guión lo hacen aún más emotivo. 

Pero… ¿estás de acuerdo con el mensaje que transmite? ¿Crees que la tecnología realmente aleja a las personas?

Lo cierto es que la pieza tiene una doble lectura.

De un lado, es una realidad que la llegada de la tecnología está provocando que cada vez dediquemos más tiempo a las pantallas. Un tema especialmente delicado en el caso de familias con hijos menores y adolescentes.

Los niños ya no salen a la calle como antes y pasan más tiempo conectados en casa. Dispositivos como los smartphones, las tablets o las consolas de videojuegos atraen enormemente su atención. No solo ellos, también los adultos; no hay más que echar un vistazo a diferentes escenas de la vida diaria: un restaurante, una parada de bus o un simple evento. En todas estas situaciones podemos corroborar que miramos demasiado a las pantallas.

Visto así, parece que nos olvidamos de las personas y pasamos más tiempo con la tecnología que con nuestros seres queridos.

Sin embargo, conviene analizar la realidad desde distintas ópticas. En el caso del anuncio que has visto, sus protagonistas son únicamente adultos. ¿Crees que hubiese tenido el mismo resultado si se realiza con niños o adolescentes?

Probablemente no. Porque ellos, a pesar de estar rodeados de tecnología, están en contacto permanente con sus amigos y familiares, jugando y comunicándose. La propia ciencia de la sociología no duda en afirmar que es en sus primeros años, cuando el ser humano alcanza las cotas más altas de socialización. A medida que nos vamos haciendo adultos, las personas vamos adquiriendo compromisos familiares y laborales que tienden a distanciarnos de nuestros iguales. Pero esto pasaba incluso antes de la llegada de internet.

Por tanto, conviene ser crítico con aquellos mensajes o creencias que existen en torno a la tecnología ya que muchas veces la realidad no es exactamente como parece. Y me gustaría mostrarte algunos ejemplos más.

Fíjate en las siguientes imágenes:

¿Por qué la primera imagen no se critica y la segunda sí? ¿No están haciendo lo mismo?

Veamos esta otra imagen:

Desde fuera puede parecer que cuando las personas miran una pantalla, solo pierden el tiempo, se distraen, se aíslan y se convierten en seres antisociales ¿pero qué ocurre si rascamos un poco más? 

Efectivamente gracias a la tecnología podemos:

  • Estar informados
  • Aprender y formarnos
  • Estar en contacto con nuestros allegados
  • Resolver problemas de nuestra vida diaria…

Otro caso: seguro que has escuchado mil veces eso de ”Los niños de hoy en día no saben disfrutar con tanta pantalla”. Ahora mira la siguiente ilustración realizada por el artista estadounidense Rick Sargent en 1953:

En ella puede observarse como un padre recrimina a sus hijos que dejen de mirar tanto la pantall… perdón, ¡el comic! porque “están todo el día con el comic y no saben disfrutar de la vida y apreciar ese increíble paisaje que tienen a su alrededor”. En aquel momento de la historia no existían las pantallas digitales de entretenimiento pero sí un soporte similar en papel llamado cómic que también generó un amplio debate en la sociedad acerca de su consumo e idoneidad entre los más jóvenes.

Y un último caso. Hoy en día estamos acostumbrados a oír la expresión “nativo digital” para referirse a los nacidos a partir de finales de los noventa, quienes, supuestamente acostumbrados a la presencia de ordenadores y otros dispositivos digitales en sus vidas, no necesitan que nadie les enseñe a utilizarlos. De este modo, suele ser normal escuchar alguna expresión como “Fíjate, solo tiene 5 años y ya usa el móvil mejor que su padre”.

Sin embargo, esto dista mucho de ser así y es un error considerar a estas generaciones competentes en el uso de la tecnología solo por el mero hecho de haber nacido con ella. ¿Acaso por nacer en una familia que hable castellano ya dominas el idioma? ¿por haber nacido en la época de los automóviles ya sabes conducir un coche?

Es más, que hasta un mono sepa manejar un iPad (por pura intuición) esto no quiere decir que conozca cómo se usa una app, cómo se realiza un registro, qué consecuencias tiene publicar determinado contenido en la red… 

Por tanto, los menores no son competentes en el uso de la tecnología per sé sino que hay que enseñarles.

No existen los nativos digitales sino en todo caso los huérfanos digitales.