YouTube se ha convertido, por méritos propios, en el segundo buscador -después de Google- más utilizado del mundo y en una poderosa herramienta que permite a las marcas comunicarse en un formato de gran éxito en la red como es el vídeo.
El origen de esta red social se remonta a febrero de 2005 y el lugar, como te puedes imaginar, de nuevo Silicon Valley. Los protagonistas son Chad Hurley, Steve Chen y Jawed Karim, tres jóvenes programadores que, por aquel entonces, trabajaban para la empresa Paypal. Ante la dificultad de compartir entre sus amistades los vídeos que habían grabado durante una fiesta en San Francisco, tuvieron la gran idea de desarrollar la plataforma.
Este fue el primer vídeo subido a YouTube, precisamente por el propio Jawed Karim, apenas unos meses más tarde:
“Me at the zoo” El primer vídeo de la plataforma que ya acumula más de 150 millones de reproducciones
El servicio creció como la espuma y apenas un año y medio después, en octubre 2016, es adquirido por Google por la cantidad de 1.650 millones de dólares (hoy en día una verdadera ganga, visto lo visto y su valoración actual en más de 100.000 millones).
Desde entonces, no ha parado de incorporar nuevas características y funcionalidades que han permitido mejorar su interfaz y adaptarse a la propia evolución tecnológica (llegada de los móviles, mejores formatos de calidad y compresión de los videos).
Paralelamente, con el objetivo de rentabilizar la plataforma, Google no tardó en impulsar el sistema publicitario dentro de ella conectando a anunciantes y creadores de contenido para que los primeros puedan poner en marcha campañas y lo segundos obtener ingresos por sus vídeos.
A finales de 2020 YouTube presenta las siguientes cifras:
Dos mil millones de usuarios activos mensuales situándose como la segunda red social más importante del planeta.
Se visualizan al día 100.000 millones de horas de video realizándose más del 70% de ellas desde dispositivos móviles. Se suben 500 horas de vídeo cada minuto.
Llega a más personas de 18 a 34 años que cualquier proveedor de televisión por cable de EE.UU.
Más de la mitad de las vistas provienen de dispositivos móviles.
Se han lanzado versiones locales en casi 100 países y es accesible a un total de 80 idiomas distintos (esto abarca un 95% de la población de Internet).
El 62% de las empresas lo utilizan como plataforma para publicar contenido.
El 90% de los usuarios reconoce descubrir productos y marcas a través de la plataforma.
Respecto al funcionamiento, lo primero que debes conocer, es que el registro y presencia de una empresa en la plataforma no requiere una configuración especial como ocurre en Facebook o Instagram, siendo en este sentido similar a Twitter.
Lo único que necesitas para comenzar es un correo de Gmail (gratuito). Con él, puedes crear y personalizar un canal (nombre, dirección, descripción, categoría, imagen de cabecera, enlace a otras redes sociales, etc.)
Una vez configurado, puedes subir los primeros vídeo. Tienes la posibilidad de compartirlos de forma pública, oculta (sólo los usuarios que conocen el enlace pueden verlos) o privada. Los vídeos incluyen título, descripción, etiquetas, imagen de miniatura y pantallas finales.
Los usuarios pueden acceder a los mismos entrando a nuestro canal, a través de búsquedas o si se suscriben al mismo. En YouTube también es muy importante trabajar el posicionamiento como explicaremos en el fastbook correspondiente.
Entre las ventajas de un poseer un canal corporativo en YouTube, destaco:
En un mundo con exceso de información como el que vivimos, el vídeo es un formato ganador por la comodidad que aporta al usuario. Recuerda que si una imagen vale más que mil palabras, un vídeo vale más que mil imágenes. Son más fáciles de “digerir”.
Supone una excelente fórmula para mostrar cómo funciona nuestro producto o servicio, aumentando su promoción y visibilidad y generando posibles ventas. Así mismo, los vídeos ayudan a recordar mejor la marca (branding).
Podemos usar un canal como un repositorio de todos nuestros vídeos, reportajes y noticias ofreciendo soporte al resto de nuestros canales y fomentando el reciclaje de contenidos. Los vídeos de YouTube son alimentos para tus redes sociales.
Posicionamiento y viralidad. No olvides que pertenece a Google y también se emplea como buscador. Conseguir que tus vídeos aparezcan en los primeros resultados puede resultar muy beneficioso. Paralelamente un buen contenido puede llegar a viralizarse y difundirse rápidamente.
La plataforma cuenta con muchas potencialidades a nivel publicitario tal y como te explicaremos en el capítulo relativo a los Social Ads.
Por último, y al igual que hemos hecho anteriormente con otras plataformas, debes tener en cuenta una serie de recomendaciones para aterrizar con éxito en esta red social:
Asegúrate de tener controladas las cuestiones técnicas previas, porque influyen decisivamente en el resultado final de los vídeos. Debes usar un dispositivo apropiado para la grabación (cámara reflex o compacta con suficiente calidad o incluso un teléfono móvil), un soporte o trípode para conseguir que la imagen esté estabilizada y enfocada, una iluminación correcta (preferiblemente natural, pero si no es posible, apóyate con equipos o aros de luz), así como un micrófono externo o de solapa para que el audio sea nítido. No te olvides tampoco del fondo o ambientación que usarás.
Personaliza tu canal y tus vídeos tratando de proyectar un aspecto profesional en cada uno de ellos. La apariencia lo es todo en YouTube. Diseña una cabecera atractiva así como portadas para cada una de las piezas. Puedes ayudarte de programas como Canva. También puede ser recomendable que incluyas subtítulos (YouTube tiene una herramienta para hacerlo automáticamente). Respecto a la edición del material, procura que sea dinámica y visual, integrando música o sonidos de forma elegante. Cuando el vídeo esté listo, no olvides incluir un título atractivo, una descripción adecuada, así como asignar categorías y etiquetas.
Encuentra una temática acorde a tu sector y audiencia. Estudia a otras cuentas de referencia en la plataforma porque se convierten en tu “competencia”. A partir de ahí, vuelca aquello que te hace especial, tu talento, tu conocimiento o tus pasiones.
Trata de ser tú mismo. Piensa que la personalidad es un producto en sí mismo en YouTube. Es tu producto, y se valora especialmente la originalidad, creatividad y autenticidad. Inspírate de los mejores pero no copies el contenido o estilo de otros. Busca tu propio estilo. Usa un lenguaje directo, cercano y coloquial.
En el caso de ser un profesional puedes usar un apodo y un saludo o despedida característicos. Serán tu sello de identidad en cada uno de tus vídeos y te ayudarán a crear marca personal.
Ten paciencia y constancia. Elabora un plan editorial que marque la frecuencia de actualización. Por ejemplo, puedes establecer un día para las grabaciones, otro día para la edición y otro, para la publicación. Una vez visibles, desarrolla una estrategia de difusión de estos vídeos en otras redes y canales.
No olvides que, por encima de todo, el contenido es el rey. Publica piezas que interesen a tu audiencia.
Colabora con otros youtubers de tu misma temática o audiencias, por ejemplo a través de entrevistas.
Interactúa con tu público. No tengas miedo a innovar. Más allá de los clásicos vídeos, puedes realizar directos, unboxings, tutoriales, crónicas…
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